Carne sola/ Diego Colomba [+]
ISBN-978-987-8952-58-1
Diego Colomba presenta su poemario “Carne sola” bajo la invocación de un santo y sus pareceres acerca del deleite y una idea de la oscuridad (es el mismo santo a quien le debemos el retrato del primer lector en trance introspectivo, es decir de lectura silenciosa; al menos fue quien primero atestiguó (enajenado) y anotó ese momento en sus llamadas confesiones y que devendría en moda y mudez para enfrentar aquello que los hombres fabulan con papel, tinta y sangre); pero una vez traspuesto ese acápite, el desocupado lector hallará que casi todo es otra cosa, que nuestro autor halla su fuente de sapiencia en el estridular de los grillos, en los días que se apagan y en el mero entusiasmo de saberse vivo en las presentes condiciones (“estabas en las cosas/ —lo intuías— que explican nuestros días”), mientras ondean flojamente enseñas de un país, de un mundo, que se suponía próximo y conocido (“Entremos por fin en la noche junto al fuego./Descansemos en la sombra más larga y más serena”). Permiso para una última digresión: hay aquello que un verso propala y hay aquello que omite, acaso porque a veces se trata de historias demasiado lejanas como para recordarlas, o acaso porque hay cosas que no brillan con la luz (“Desentendida de lo que llevan tus manos/tu cabeza ardiente se pregunta si el amor/ tiene algún límite”).
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Los malos hábitos
ISBN-978-987-8952-05-5
Hay palabras sin empleo conocido, tan fuertes que siempre provocarán equivocaciones en un campesino, en un obrero, en un poeta laureado, porque: ("¿Sabe alguien qué es lo que nos mantiene vivos?"); si Diego Colomba hubiese querido inventar esta serie de poemas que componen "Los malos hábitos" con las manos y el cerebro solamente, es posible que no le hubiese sido concedido escribirlos, mucho menos evocarlos, cargarlos de sentido. Incorpora sus imágenes y temas preferidos como quien mira llover, como un sobreviviente en una fantasía rural, como un reloj al que se le ha dado mucha cuerda ("Te hablo suavemente, con pocas y cálidas palabras. Te acaricio las sienes frías. Te pregunto: ¿de qué es capaz un corazón?"); también es factible advertir una premisa o pauta: hacer algo bello pero más lejos que nadie en este mundo de procurarse una metáfora, una coartada, como si postulara al eventual lector que cada cosa es única y no puede ser transformada en otra ("Compartiremos un mismo silencio").
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Los sonidos que deambulan en nosotros
ISBN-978-987-4044-91-4
“Que el oscuro futuro sea mío, que la suave distancia de la música —de las palabras, de la noche— no me sea ajena”. Diego Colomba en “Los sonidos que deambulan en nosotros” escribe acerca del misterio vital y circundante, de aquella propagación inasible que involucra transporte de energía, aunque no de materia, en toda noción verbal, algarabía o recuerdo; como dijera al pasar un bibliotecario munícipe, cuando se emprende el estudio de un idioma, cuando se está obligado a ver las palabras de cerca, las sentimos hermosas o no. De igual manera procede el autor al perseguir en cada estrofa una estructura de variaciones y pausas que se desarrollan en el tiempo, acaso ya rota, inexplorada o incipiente: “Me pierdo en ríos de palabras. Por el amor a algo distinto de mí”. El lector de este libro hallará que los sonidos a los que se aluden, inmediatos en su veracidad, no están hechos de poderes ni de caminos, sino de significados, de palabras que enuncian la trágica hermosura del destino del hombre sobre la tierra y la certeza de lo que depara el pasado: “Del poeta ampuloso. Tengan compasión. Los versos malos pueden olvidarse. Fácilmente. Como los buenos. Pero no es bueno divertirse a costa de la inocencia. De la ilusión de hacer poesía”.
Poetas que regresan a la patria de la infancia
ISBN-978-987-4044-66-2
Si en poemarios precedentes la crítica especializada señaló que Diego Colomba "postula un universo lingüístico que define la mirada poética y el mundo que invoca" y que "ese mundo pueblerino es conmovedor porque incluye el paso del tiempo y conlleva sus duelos", en "Poetas que regresan a la patria de la infancia" se amplifica y complejiza tal recorrido de la pequeña mitología familiar en poemas que tejen su periplo y su desventura al ser expuestos sobre el papel, bajo el tamiz de la indagación y de la memoria, para que ocurran por segunda vez (“Tu miseria tampoco trae consuelo. Apenas te señala con la mano la espesa distancia que te separa del mundo”). En las “Elegías de Duino” Rilke preguntaba a un hipotético lector: ¿Quién puede mostrar a un niño tal cual es? En el presente libro se dan las posibles versiones de innúmeras historias, la traducción de posibles biografías fidedignas, con amor o con odio, pero siempre con acritud (“Vos buscás, cortás y pegás, cambiás el nombre, eliminás un recuerdo para siempre”).
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El lado de la sombra
ISBN-978-987-4044-52-5
Marguerite Duras afirmó que “un libro es lo desconocido, es la noche, es cerrado; un libro abierto también es la noche”. “El lado de la sombra”, a través del recuerdo y su añadido de brusquedad y doblez, da cuenta de la nostalgia característica del que percibe la fugacidad de las cosas y el transcurso del tiempo, todas piezas de un ámbito al que no llega la luz en su plenitud y en el cual está vedado percibir los cambios que la claridad ejerce (“se pregunta si tiene algún destino lo que hace, si las cosas mismas no se están aprovechando de un hombre de poca voluntad”). Así como las resacas son para quienes dejan de beber, en el mundo a dos colores de una página impresa, el poema supone el último disfraz de un acto marginal y presto a la exclusión. En ese límite o extremo del terreno ya no se sabe y sólo resta imaginar, escribir (“Eras un hombre viejo. Sabías el tiempo que cuesta aprender el poder que tienen los deseos”); en esa tierra baldía Diego Colomba construye su propio sendero, extiende su magia.
Papá trajo a casa un cuatro Ele
ISBN-978-987-4044-19-8
Diego Colomba traza su melga sin obviar que escribir es un placer barato como sentarse al sol o peinarse y que no hay cosas menores que el silencio (“el ritmo alternante de una realidad que falla/ desaparece y se reanima/ en otra parte”).
Papá trajo a casa un Cuatro Ele implica la suma total del amor y del desasosiego ("el mundo/ y tu destino se dicen con palabras distantes."); acaso no hubiera sido posible escribirlo de otro modo. Para lograrlo abjura de todo el escaso, baldío y fútil hechizo coloquial, y en ello están incluidas las frases literarias más seniles y gastadas que han pasado los últimos veinte años tiradas por los callejones y los anaqueles de estos campos, o dicho en otros términos, la expresión del espíritu de una época, el excedente de una generación que se lustraba los botines antes de escribir. El desocupado lector no hallará en este volumen ni jactancias ni confesiones ("sé/ que todo/ —y nada—/ pertenece/ a este mundo"). Se jactan o se confiesan los que piensan traicionarse de alguna manera.