Ctalamochita/ Valeria Cervero [+]
ISBN-978-987-4044-39-6
Por Gastón Sironi
Ctalamochita es una voz que inquieta y dispara inciertas etimologías, mientras sus ecos reverberan entre cuencas indígenas y violencias de imperio. Es ahora además un libro que siembra sentidos encontrados y emana una musicalidad que, siéntanla, fluye entre riscos y arenisca, como el río serrano del origen, a cuyas orillas el poema se escribe: Para atravesar lo oscuro hace falta cuerpo y saber desafinar un poco.
Hondura y mínima expresión, peligrosas hoyas y apenas aguas. Las orillas aparecen para dejar registro.
Ctalamochita, el libro, propone en su corriente una poética y una psicología de la escritura: Todos los cuerpos tienen sus huellas. La escritura es el cuerpo que no olvida. Un libro que se deja navegar, mientras postula una filosofía del tiempo: Porque alguna vez fue vivo lo que se corrompe. La flor, la tormenta, el sexo. ¿Quién nos librará de lo que moja y vuelve?
Es también, y siempre le estaremos agradecidos, una teoría de la desorientación, para perdernos en el río: La escritura viene y va. Nos moja y deja en el silencio que nos escribe.
madrecitas
ISBN-978-987-4044-08-2
Por Ariel Williams
La lengua madre se disloca en seres-voces, en ritmos sincopados, en grafías-fuerzas. Retorcida, estirada, atravesada por tensores que la descomponen y la recomponen, que producen sentidos y sujetos otros en el interior de una palabra o en el intersticio entre dos palabras, en el espacio gráfico mismo, esta lengua desagrega al ojo que lee, y lo obliga cada vez a desleer, a hacerse de nuevo ahí. madrecitas es, así, comparable al Guernica. Los poemas son campos de fuerzas: emociones, dolores, cuerpos de lenguaje que quieren ser cuerpos, angustias, voces, memorias: políticas. En ese fenómeno poético que es madrecitas, los textos hacen una lengua que produce en la falla y la falta, porque no quieren solamente decir, quieren ser lo que dicen. Estos textos se despliegan en la proliferación asimétrica, en el des-borde, y por eso traen a la lengua un aquello político que no ha sido domado, eso: una angustia incorregible. Ahí se escribe la poesía de Valeria Cervero.